Día 0 – Ingenuo
OPINIÓN GP | JAVIER RUIZ @sevennorth | La AntiCrónica
Cuando hablé con los compañeros de GranadaPolideportiva.es pensé en escribir sobre el mundial desde un punto de vista contrahegemónico, hablar de qué significa muchas veces el fútbol para los aficionados que queremos ver más en el juego, que intentamos comprender el mundo desde el juego, el juego desde el mundo. Hacer honor a aquel diálogo de la película “Frances” en la que dicen que si quieres crear, escribir, tienes que mirar más, ver más. Ayer, cuando pensaba en qué escribir hoy, veía hojas blancas y anodinas, concentraciones de estrellas pop que hacían anuncios de twitter y decían que iban a jugar al fútbol a partir de mañana. Ayer.
Hoy. El presidente de una de las mayores empresas de un país en el que las empresas mandan tanto o más que los votantes es el presidente del equipo más importante, poderoso y odiado del país y no se le ocurre mejor idea que fichar al seleccionador de dicho país unos días antes de un Mundial. Mundial, se dice pronto. Y más aún, no sólo lo ficha sino que lo dice. Será que no está acostumbrado a mentir. Un señor ya mayor, que ha pasado por cientos de negociaciones complicadísimas en fútbol y en negocios. Lo hace público. Qué va a pasar. ¿En qué mundo vive?
El seleccionador de la penúltima nación que ganó el mundial ficha por el equipo más odiado de ese país. Un tipo sin palmarés ni mérito alguno hasta que llegó inexplicablemente al puesto de seleccionador y —rodeado de un grupo de maravillosos jugadores, la mayoría en su último mundial— logró clasificarse para el campeonato con una excelente fase previa coronada con una goleada histórica a la Argentina. Un tipo que lleva toda la vida en el fútbol, mediocre portero de élite, mediocre entrenador, se ve con la posibilidad de coger un contrato por tres años en el equipo que ha ganado cuatro de las últimas cinco Champions. Esto es la lotería y no lo de Navidad. Ese tipo tampoco repara en que igual el resto del país piensa que es un traidor porque ha renovado con la selección una semana antes para dos años. Profesionales para firmar cláusulas de rescisión, aficionados a la hora de medir sus actos y sus consecuencias.
Y el peor. Un tipo que es presidente de la federación que ha ganado el penúltimo mundial y la penúltima eurocopa se deja llevar por la ola de indignación de los aficionados y la prensa amarilla, o deportiva que no sé distinguir, y echa al seleccionador dos días antes de jugar contra la campeona de Europa el primer partido de un mundial porque dicho seleccionador ha advertido de que va a ejecutar una de las cláusulas que él, como presidente, ha firmado una semana antes. Hay puestos en lo que, básicamente, tienes que servir para aguantar la presión y liderar, cargar con los problemas y tener espaldas anchas para soportar las críticas, ser paraguas y guía. La testosterona está bien vista en el inframundo de las redes pero no sirve para gestionar. Pocos síntomas más claros de inmadurez e incapacidad que hablar de cojones cuando hay que hablar de gestión. ¿Preferimos a un mafioso a un niñato? No tenemos que elegir entre desgracias.
Mañana echa a rodar el balón, una cosa redonda en un campo verde con veintidós tipos y tres árbitros. Lo único que importa. Iniesta juega su último mundial, quizás no veamos tampoco en más mundiales a Piqué, Silva o Ramos. No se merecen este desastre, no nos merecemos este desastre.
Hace cuatro escribía en un blog sobre el mundial de Brasil, hoy facebook me lo recuerda y el último párrafo parece escrito esta tarde: “Los aficionados somos tan buena gente que sólo queremos que nos dejen creer. Que no ensucien el juego que recordamos de patios, campos y recreos, que no destrocen la verosimilitud de la historia. De mayor, realmente, quiero seguir siendo ingenuo.”