17 junio, 2025 19:06
Desde el fondo de la cárcelOPINIÓN GP

Mala suerte, mal trato

Antiguo Los Cármenes | Foto: Gabinete

OPINIÓN GP | FRANCISCO GONZÁLEZ GARCÍA | DESDE EL FONDO DE LA CÁRCEL

Los aficionados al fútbol en Granada, en general, y no digamos los granadinistas de siempre recordarán la pandemia con el sabor agridulce de no haber podido disfrutar en el campo la mejor temporada y media de la historia del Granada CF. Desde aquella inútil victoria ante el Bilbao que nos dejó a las puertas de una final de Copa, no se pudo asistir a los partidos del equipo. El gran final de temporada 19-20 nos llevó a una clasificación histórica para jugar la antigua competición llamada Copa de la UEFA, con la denominación de Champions League. He de reconocer que yo era bastante escéptico sobre el rendimiento de un equipo que tenía que competir desde agosto y albergaba temores sobre si jugar en Europa no nos fuera a costar un enorme sufrimiento en la liga nacional.

La temporada 20-21, con el campo ausente de abonados, se solventó con soltura, se hizo de nuevo un gran papel en Copa, lástima esa derrota al final frente al Barcelona que nos robó otra semifinal, y sobre todo la lucha en la UEFA fue una maravilla. Sólo pudimos disfrutarla por la televisión. Que mala suerte no haber podio animar al equipo frente a históricos como el PSV, el Nápoles o el Manchester. Qué dolor ver y sentir en los propios colores como los árbitros, también en Europa, maltratan a los equipos pequeños; que fácil pitar un penalti al final de un partido que ya estaba decidido. Sí, tuvimos mala suerte todos los aficionados, todos los granadinistas. Nuestro consuelo era ver al Granada en Europa, ver al equipo sin agobios en la Liga, tan habituados a sufrir. Mas historia aún, vencimos a domicilio al Barcelona, con Messi, por vez primera en 25 temporadas disputadas en primera. Diego Martínez y su equipo nos dieron un consuelo aún en la ausencia del calor del campo.

Llegada la casi normalidad en el 21-22, sin algunos jugadores fundamentales de años anteriores y marchado por voluntad propia el entrenador, hemos comenzado la temporada con la sensación de que volveremos a sufrir para mantener la categoría. Como si hubiéramos despertado de un sueño bonito, retornamos al ADN habitual de los rojiblancos. Perdemos en los descuentos, se escapan puntos vitales… parece que se revive que la alegría dura poco en casa del pobre. Mala suerte para los aficionados y para los abonados.

Y mal trato para esos abonados. Lo explico ahora, cuando ya todos podemos asistir al campo y parece que realmente, gracias a la vacunación masiva de la población, no habrá marcha atrás en la permanencia del público en las gradas. No es mi intención poner palos en las ruedas ni hacer críticas gratuitas en situaciones difíciles. Entiendo que es complicado gestionar la asistencia controlada de 6000 o 7000 personas, pero la gestión informática de los sorteos realizados para los partidos en casa frente al Valencia y el Betis no fue precisamente un ejemplo de claridad ni de buen hacer. Ni pude comprender que ante la Real Sociedad la asistencia oficial fuera inferior, en mucho, al teórico número de entradas sorteadas y con asistencia posible; ¿realmente era necesario hacer sorteo para ese partido? En todo caso, puedo comprender que eran situaciones excepcionales.

Lo que realmente considero un mal trato, sin excusa, ha sido la inclusión en esos sorteos de los accionistas del club, en torno a unas 250 personas. Estos accionistas no son meramente aficionados ni abonados, son propietarios del club en el porcentaje que les corresponde por su número de acciones. En muchos casos solo poseen una única acción, pero es una acción que simbolizó en su momento la creencia en que el club era viable y en todo caso supuso un  desembolso de 150 euros que, según economías, pudo ser un esfuerzo mayor o menor.

Por supuesto que el club pertenece en un 98%, aproximadamente, al máximo accionista, llámese como se llame, pero el resto es propiedad de los pocos que creían, en aquellos difíciles años en que habíamos salido de la segunda división B y en que el club se pudo convertir en SAD, y que pusieron su dinero para que el Granada CF siguiera existiendo.

Como empresa el voto de esos accionistas tiene un valor mínimo, pero para asistir al campo teníamos derecho a estar no como simple abonados ni aficionados sino como propietarios.

REDACCIÓN DGP

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Deporte Granada / Polideportiva
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