Los futboleros siempre lo hemos sabido
OPINIÓN GP | FRANCISCO GONZÁLEZ GARCÍA | DESDE EL FONDO DE LA CÁRCEL
En la última opinión que escribía les decía que el Barcelona seguramente se haría con la Liga y reflexionaba sobre los derroteros económicos que llenan el fútbol actual, claro que no sospechaba que estaba a punto de salir la noticia que parece está conmoviendo al fútbol nacional y más allá. Resulta curiosamente irónico que haya tenido que ser Hacienda, ya saben que solo hay dos cosas seguras en la vida (se muere y se pagan impuestos) según los economistas, la que nos descubra, de algún modo, que los árbitros siempre favorecen a los equipos grandes. Menudo descubrimiento ha salido de la inspección que Hacienda realiza al Barcelona FC, aunque ellos se proclaman que son más que un club de futbol.
Vaya por delante mi pesar porque un equipo, que es seguido por millones de aficionados en España y en todo el mundo, resulte estar dirigido, ya por muchos años, por personas que parecen, presuntamente, dedicarse a trapicheos poco claros, enriquecerse de algún modo, y en definitiva manchar la imagen de un club y de un deporte. Es deplorable.
Y vaya, también por delante, que dudo mucho que el escándalo organizado ahora vaya producir ningún efecto deportivo, es decir que la Barcelona se le sancione con pérdida de puntos, descenso de categoría o pérdida de títulos anteriores. Y esto no ocurrirá porque, legalmente, siempre dirán que ni hay pruebas reales, o bien que todo ha prescrito (curioso a los tres años en lo deportivo), sino porque actuar contra el Barcelona en lo deportivo tendría unas consecuencias sociales y políticas que todos podemos imaginar. Por eso ellos mismos se denominan que son ”más que un club”. Desde que ese es su lema perdí cualquier simpatía por el equipo culé y sintiéndolo bastante, hay razones que la razón no entiende, me volví más bien del Madrid, aunque ya saben que mi equipo es el Granada CF.
Más allá de que sea este u otro club el implicado lo que demuestra este escándalo es la cantidad de trapos sucios que parece haber en esto del fútbol. Ya no hablamos de los pelotazos urbanísticos que llenaron el fútbol español en los años 70 y 80 del siglo pasado; hablamos de todo el dinero que se mueve en torno a fichajes, concesión de campeonatos y otras cosas que ni sabemos y que ahora, con este caso, se nos destapan o podrán destaparse. Recordemos que el Mundial de Rusia y el de Qatar se concedieron a quienes se les concedieron.
Me pregunto: ¿realmente el Barcelona necesitaba pagar las cantidades que se dicen para ganar partidos cuando tenía al mejor jugador del mundo y a los jugadores españoles que le dieron tantos títulos a España, incluido el Mundial? ¿Pagaba para que los árbitros fueran neutrales cuando eso debe darse por hecho en la actuación arbitral?
Se me ocurren tres posibles respuestas. O los dirigentes del Barcelona estaban, y están, convencidos de que se persigue a su equipo y siempre se beneficia al otro, es decir al Madrid, o sea creen en la conspiración anti Barcelona y por ende anti Cataluña, claro. O bien es que son bastante inútiles pues pagar por algo que realmente no hacía falta, pues la calidad de la plantilla aseguraba los éxitos, me parece una estupidez. O bien hay algo que se nos escapa y todo esto es una tapadera de una corrupción que no podemos saber hasta dónde puede llegar. Elijan ustedes.
Lo cierto es que todos los aficionados al futbol siempre hemos sabido que los árbitros no sancionan por igual a los equipos poderosos que a los llamados modestos, para eso no hacía falta Hacienda. Es mucho más fácil sancionar a un defensa de un equipo modesto que a una estrella que gana millones de euros y juega en un grande.
Yo me inclino más a lo que ya escribió Shakespeare en su Hamlet: “Algo huele a podrido en el reino de Dinamarca”, y que ahora podría reescribirse por “Algo huele a podrido en el fútbol”. A fin de cuentas el fútbol lo inventaron los ingleses y Shakespeare era inglés, o quizás fuera culé y no lo sabíamos.
