La granadina María Pérez une lazos con la historia del atletismo
Revalida el título mundial en 35 km marcha y consigue su tercer oro mundialista, algo que ningún hombre o mujer había logrado jamás en el atletismo español
GABINETE (RFEA)
Era un buen presagio que la marcha, especialidad que hasta la fecha había reportado a España Atletismo 21 medallas en los 19 Campeonatos del Mundo precedentes (la que más con diferencia), fuese la encargada de abrir el camino de los nuestros (30 mujeres y 26 hombres) en el Estadio Nacional de Tokio (emplazado en el mismo lugar que el legendario de los Juegos del 64 y el Mundial del 91).
María Pérez García, con lógica, era presentada como una de las cuatro aspirantes al oro, por lo que las cámaras la enfocaron de buena mañana, pertrechada con sus enormes gafas y una gorra con faldón, estilo sahariano, con la misión de proteger de la implacable meteorología nipona (25 grados y 90% de humedad).
Tras el pistoletazo se refugió en el grupo cabecero, atenta pero sin exponerse, inteligente como la gran cazadora de gloria que es. Así transcurrió el primer kilómetro, todavía sobre tartán, antes de abandonar el estadio y adentrarse en el circuito de asfalto (2 km). En las tripas del grupo evolucionaban Cristina y Raquel, lo mismo que los tres chicos un poquito por delante, pues a esas alturas de prueba los dos géneros estaban ya bastante diferenciados.
Una prueba con un seguimiento extraordinario
Se intuía una prueba exigente en lo físico, como ya sucedió hace 4 años en los Juegos (en aquella ocasión Sapporo), donde estuvieron María, Miguel Ángel y Raquel, por lo que las aventuras tempranas parecían vedadas. La defensora del título pasaba el kilómetro 5 en 23:36, situada segunda en el paquete de seis destacadas donde tiraba la campeona de 2022, la peruana Kimberly García León. Raquel pasaba 13ª (23:58) y Cristina 15ª (24:00). Miguel Ángel era 9º (25:51) del grupo de elegidos, donde también figuraba Daniel Chamosa (11º). Manuel Bermúdez iba un poco más retrasado (28º con 26:29).
La lluvia ligera no aliviaba el bochorno, pero tampoco espantaba al público, jubiloso a ambos lados de la calzada, animando a los mejores especialistas de una disciplina donde la capacidad aeróbica y la excelencia técnica conviven como en ninguna otra. Ir a tope sin que los jueces aprecien infracción alguna; un ejercicio de equilibrismo solo apto para virtuosos.
María ejecutaba su papel de favorita a la perfección a la vez que poco a poco se iban aclarando las cosas: en el kilómetro 8 ya solo quedaban cinco marchadoras, entre ellas la mencionada León y la italiana Palmisano (campeona olímpica, europea y dos veces medallista de bronce en un Mundial).
Un papel indiscutible en la carrera
Entre los chicos se dejaba notar el empuje de los locales Katsuki y Kawano, que pasaban el kilómetro 10 en 42:25 tras haber hecho que el top 10 se volatilizase; ya no había grupo sino una larga fila con muchos huecos entre sus unidades. Miguel Ángel (dirigido por el preparador más laureado de la marcha española: José Antonio Carrillo) y Daniel (tutelado por Jacinto Garzón) pasaban 14º y 15º, juntos en 42:35. Manuel (otro de la cuadra de Carrillo) era 23º a 1:15 de los líderes.
Las chicas traspasaban el 10 lideradas por la discípula de Jacinto Garzón. María Pérez daba tiempo al quinteto: 46:33. Raquel y Cristina (sendos pañuelos húmedos refrescando sus cuellos) avanzaban juntas, 15ª y 16ª con 47:43 y 47:46 respectivamente. Se veía bien a la granadina, confortable en una situación en la que tantas veces se ha visto.
Al paso por el 11 María aceleraba el ritmo, un meneo de árbol buscando alguna fruta madura. Era un ataque progresivo, lejano, de los que buscan no tanto el daño inmediato como el desgaste a largo plazo, pues la mejor marchadora de nuestra historia era consciente de que quedaba una eternidad hasta alcanzar la meta. Parecieron ceder la ecuatoriana Torres y la mismísima Palmisano, quienes finalmente solventaron la situación. La quinta en liza, la china Peng, guardaba lo poco que se puede guardar en estos casos a cola del reducido pack de talentos.
Una ‘gigante’ nacida en la localidad de Orce
La atleta granadina seguía buscando hacer daño, avivar el paso, ejercer de líder mundial del año, de mujer más rápida de todos los tiempos… a pesar de haber visto su primera roja. Una valentía, una capacidad de arriesgar, marca de la casa. El 15 lo pasaban las favoritas en 1:09:14. Seguían siendo cinco para solo tres metales. Cristina, cuyo entrenador, José Marín, fue doble medallista (20-50) en Roma ’87, registraba 1:11:19, mismo crono que Raquel (15ª), preparada por Alejandro Aragoneses.
Llegábamos al kilómetro 20, las cinco magníficas lo alcanzaban tras 1:32:14 de esfuerzo, con María algo más calmada tras su animosidad previa… o eso hizo que pensáramos, pues antes de llegar al medio maratón volvió a revolucionar el ritmo y esta vez hizo mucho más daño: se quedaban Torres y García León. Poco después llegaba al avituallamiento, donde renovaba el hielo con el que enfriaba su gorra y acto seguido seguía con su devastador ataque, que descolgaba definitivamente a la ex campeona y plusmarquista mundial y seguía haciendo sufrir a Torres, a la que le costaba Dios y ayuda volver a enlazar (de hecho, no lo hacía).
Se añadía a la lista de damnificadas Peng, o lo que es lo mismo, María se quedaba sola con su ‘enemiga íntima’ Palmisano, a la que no dudaba en hostigar poco después, transcurrida hora y tres cuartos del inicio del evento. En el kilómetro 23 lanzaba todas las cartas al tapete y afrontaba en solitario los últimos 12 kilómetros. Cristina y Raquel seguían a la par (el 20 lo habían pasado 11ª y 12ª en 1:35:10).
Una resolución dorada
María no demostró piedad. Demasiados kilómetros en soledad, demasiados días en la altitud de Font Romeu, demasiados sacrificios y dolores de piernas… Solo así se consigue un palmarés demasiado espectacular. Miraba para atrás en las curvas, oteando el hueco con respecto a Palmisano, respecto a la que en el kilómetro 25 (1:54:11 la española) obtenía una renta de 24 segundos. Por ese hito había pasado Daniel Chamosa en 1:46:57, octavo, puesto de finalista. Miguel Ángel era 15º y Manuel ganaba una posición (17º). Buenas noticias también cuando arribaron Raquel (8ª, 1:58:34) y Cristina (9ª, 1:58:36).
Pero hoy era el día de la gran jefa, de una atleta descomunal que marchaba para superar a su amigo Álvaro Martín y al maratoniano Abel Antón y colocarse como la única persona de España con tres medallas de oro en un Campeonato del Mundo de Atletismo. Quedaban 7 kilómetros y Palmisano viajaba ya a 1:09. El bronce (Peng) a 1:50. Una animalada pocas veces vista. De hecho, durante muchos kilómetros marchó a la par de Caio Bonfim… ¡2º en la general masculina! Parecía como si no se tratara de ganar, quería hacerlo demostrando que es una de las mejores marchadoras de todos los tiempos.
Paulatinamente, María Pérez se acercaba a su reinado
En el kilómetro 32 la italiana ya se alejaba a 2:37 y la china a 3 minutos exactos. Masacre cronométrica de época. En el 33 seguía la fiesta: 2:58 a Palmisano y 3:30 a Torres (tercera). En el 34, tras cederle el paso el francés Campion en el camino al estadio, ya con la bandera en la mano, eran 3:17 con la plata y 3:38 con el bronce. Y ya por fin el 35, con la rojigualda como capa —¿cómo no, si es una superheroína?—, amasando la meta (2:39:01) y abrazándose a sus tres compañeros: un gigante Daniel Chamosa (2:30:42, sexto… ¡finalista!), Miguel Ángel López (2:33:45, 12º) y Manuel Bermúdez (2:35:19, 13º). Palmisano aseguró la plata (2:42:24) y Torres (récord de Ecuador, 2:42:44). Y la juerga de la marcha española continuaba con la sexta plaza de Raquel González (2:45:41) y la séptima de Cristina Montesinos (2:46:44).
Un oro y tres finalistas. Y la confirmación de María como el palmarés más excelso jamás visto en el atletismo español: campeona de Europa de 20 km (2018), campeona del mundo de 20 y 35 kilómetros (2023), campeona olímpica en el relevo mixto y plata en los 20 km (2024); y esta nueva medalla (la 22 de nuestra marcha, la 47 del atletismo español y el 12º oro) que puede ser acompañada por otra dorada el próximo sábado, pues también está inscrita en los 20 km.
