John Williams, el «gordo» imparable

En la actualidad, la obesidad es un problema de salud global, numerosas personas tienen muchas limitaciones para llevar una vida normal a causa del sobrepeso.

Hoy tengo la oportunidad de romper una lanza a favor de esas personas en este espacio y motivarlas ante su difícil situación.

Con la obesidad no hay nada perdido y se pueden alcanzar cualquier objetivo que se propongan. El problema amigos no está en los resultados de la báscula sino en nuestra cabeza.

Grandes deportistas obesos pasaron a la historia del deporte de la canasta, como por ejemplo Charles Barkley o el griego Sofoklis Schortsanitis. Aquí en Granada tuvimos la suerte de disfrutar de un jugador de esas características, que a simple vista no parecen que tengan gran movilidad pero todo cambia cuando los hemos visto en una cancha de baloncesto.

John Sam Williams nació en Los Ángeles, California, un 26 de octubre de 1966. Era un baloncestista de 2 metros raspados y más de 120 kilos de peso. Su apariencia era de un jugador lento y tosco aunque nada más alejado de la realidad.

En la universidad desarrolló un papel destacado y tuvo la oportunidad de jugar una final de la NCAA, que le valió para conseguir un buen puesto en el draft de 1986 por los ‘Bullets’.

En la NBA tuvo un inicio fulgurante y en una de sus primeras temporadas promedió 18,2 puntos y 7,6 rebotes en la mejor liga del mundo. En total fueron 8 temporadas: Bullets, Clippers e Indiana tuvieron la oportunidad de contar con este jugador.

El motivo del sobrepeso (llegó a pesar 137 kg) y varias lesiones fueron el motivo del fin de su carrera en la liga norteamericana y con 30 años, en el año 1997, desembarcó en Europa con destino a Granada.

Su etapa granadina

El <gordo> Williams, como cariñosamente le llamaba la afición granadina, dejó una buena impronta y rápidamente se convirtió en la referencia del equipo. En aquella plantilla figuraban Tharon Mayes, James Bryson, David Sala, Quique Villalobos, Tomás Jofresa, Oriol Junyent, Jorge Sanjuán, Alfredo Fabón, Paco Rueda, Félix Sánchez y Javi Pin, hermano del actual entrenador del Coviran, Pablo. No me quiero olvidar del malogrado Carlos Montes.

Esa temporada, el club tuvo un año convulso, tanto en la directiva como en los banquillos, en la que Pedro Martínez fue cortado por Antonio Gómez Nieto. Además, se prescindió por problemas físicos de Duane Washington y Kenny Green. En su lugar, la directiva optó por traer a John Williams que les llamó la atención en el tour de Magic Johnson, que en esas fechas estaba por Europa. Nuestro protagonista formaba parte entonces de ese espectáculo itinerante.

En la ACB, con el conjunto granadino, hizo muy buenos números pero nos regaló una de las noches más vibrantes que hemos vivido en el Palacio de Deportes. Aquel quinto partido ante el Ciudad de Huelva todavía lo tenemos fresco en muestra memoria. Era un decisivo quinto encuentro por el descenso, ante el equipo onubense que era el año de su estreno en la máxima categoría del baloncesto español. La eliminatoria había sido muy caliente a lo largo de los cuatro partidos anteriores y en el quinto estaba todo por  decidir.

Quedaban pocos segundos y tras un fallo en los tiros libres del equipo visitante, nuestro <gordo> Williams cogió el balón y se dispuso a cabalgar con sus 130 kilos de peso a lo largo de toda la pista, en un acto de compromiso y valentía que era lo que justamente pedía el partido en esos momentos.

La desesperación se palpaba en la grada ante los pocos segundos que quedaban, era un auténtico «coast to coast», que acabó con una bandeja que culminó entrando con suspense. El delirio se apoderó  de la grada que rebosaba en un Palacio a «reventar».

Los jugadores saltaban de júbilo cuando la bocina sonó y la salvación era matemática. ¡El <gordo> nos ha salvado! Gritaba la gente, era la canasta de la temporada. Una temporada de vaivenes que tuvo un final feliz y un gran protagonista, John Williams.

Tras su etapa en Granada jugó posteriormente seis años en ACB, concretamente en Manresa, Valladolid y Alicante. Sus cualidades tanto dentro como fuera de la cancha se sigue recordando a día de hoy.

Ha sido un honor recordar a este magnífico jugador en Deporte Granada /Polideportiva. Este ‘fenómeno’ que nos salvó del descenso y nos regaló una canasta para la historia.

Desde aquí, en Granada, siempre te recordamos. El gran <gordo> Williams.