El Palacio, el fortín de Granada

Anteriormente, estuvimos hablando de dos personas que han sido muy importantes en la historia del baloncesto granadino. Hoy vamos a conversar de algo material, que para todos nosotros y sobre todo, para los rivales tiene mucha magia. Hoy toca hablar del Palacio.

Granada es mundialmente conocida por la Alhambra. Una fortaleza que a lo largo de los siglos se ha mostrado inexpugnable en muchas batallas que se han librado y han pasado a la historia.

Hoy en día, los aficionados granadinos al baloncesto seguimos teniendo una fortaleza que sigue causando un gran respeto a todo equipo que nos visita.

El Palacio se estrenó en 1991 en un partido amistoso entre el TSKA de Moscú y el Puleva de Granada (recién salvado en aquel partido para el recuerdo y jugado en La Casilla ante Caja Bilbao). Los anfitriones fueron el rival del equipo ruso.

El Palacio mostró un aspecto fenomenal y el extinto Puleva ganó por la mínima, en las abarrotadas gradas del nuevo recinto granadino.

Todo hacía indicar que el Palacio de Deportes iba a marcar un antes y un después al abandonar el vetusto Pabellón J.A. Murado. Más aún cuando la ciudad de Granada fue designada como sede de la Copa del Rey en 1992.

Lo cierto es que ese año, exceptuando dicha Copa que resultó un éxito rotundo, la afluencia de público al Baloncesto Granada fue muy decepcionante. Gradas vacías y escasa asistencia era la tónica de una temporada que acabó con un descenso de categoría y un Palacio que iba perdiendo el «hype», semana tras semana.

Pasaron unos años de desidia en el baloncesto granadino que jugó algunas temporadas en segunda categoría en un Palacio semi-vacío. Mucha gente en esa época, incluso gente cercana al club, puso en entredicho si era apropiado jugar en un recinto con ese aforo con tan poca asistencia de público.

Todo empezó a cambiar con la famosa compra de los derechos ACB a Salamanca. La vuelta a la máxima categoría, unido al espectáculo que ofreció el idolatrado Frankie King eran suficientes motivos para que la gente volviese al Palacio.

Aunque el Palacio Deportes de Granada cuando empezó a gestar su propia historia fue la noche del quinto partido ante Ciudad de Huelva. Aquel partido, el recinto granadino de la mano del «Gordo» Williams fueron los artífices de una salvación para el recuerdo. Todos los que estuvimos allí recordamos la magia que inundó las gradas de la instalación del Zaidín.

Parecía algo irrepetible pero la historia no se quedó ahí. Fueron dos ascensos a liga ACB casi consecutivos, en un Palacio a rebosar siendo un auténtico jugador número 6. Especialmente, recuerdo los conseguidos ante Menorca (2001) y Zaragoza (2004), que estaban todas las escaleras, vomitorios y accesos llenos de aficionados. Creo que en aquel partido se superaron los 10.000 espectadores. Ambas eliminatorias decididas en el quinto partido y en el Palacio de Deportes.

Después vinieron años de ACB y el Palacio fue testigo de los Curtis Borchardt, Andrea Pecile, etc, que nos dejaron otra noche mágica. Otro duelo para el recuerdo, aquella salvación con Mensah-Bonsu ante Tau Cerámica, en el último partido liguero y el único que disputó el pívot en 2008. Fueron buenos años de disfrute, pero acabó con la tragedia de la desaparición de la entidad en 2012.

El baloncesto volvió a Granada y el Palacio volvió con él. Ambos se necesitaban y en el año 2022 se conseguía de nuevo un ascenso a la liga ACB, en un Palacio repleto de aficionados del Coviran Granada.

La vuelta a la mejor liga de Europa no estuvo exenta de dificultades y se tuvo que decidir la permanencia en el último partido, en el Palacio.

Una gran idea del presidente del club Oscar Fernández-Arenas, de poner las camisetas rojas en los asientos, le dieron un aspecto increíble y fuimos los más de 8.000 granadinos que vestimos de rojo a nuestro Palacio.

Una vez más, nuestro fortín fue talismán ante un Joventut que poco pudo hacer ante el infierno de rojo que se le venía encima. Todo parecía el guion de una película, una historia con final feliz. Una historia que se volvió a repetir al año siguiente evocando la famosa frase de «El más difícil todavía».

Pues bien queridos lectores, el sábado tenemos una nueva final en el Palacio. Una final ante un reforzado Girona con nuevo entrenador. El Palacio les espera…

¡¡El sábado 1 de febrero, todos al Palacio!!