El Granada no da con la tecla
OPINIÓN GP | LIDIA RAMOS | ALMA ROJIBLANCA HORIZONTAL
Sábado, cuatro de la tarde y nos dirigimos a Los Cármenes a presenciar un gran encuentro, entre dos históricos en el verde. Como siempre, con la ilusión enorme de ver a tu equipo ganar, ya no solo por sumar tres puntos y sí, por recuperar esa ilusión perdida de ver a un Granada capaz de hacer algo grande.
La capacidad de ganar con soltura y determinación, de acorralar al rival e imponer gallardía, pero una vez más, no supo encontrar como jugarle a un ‘Depor’. Sin hacer grandes cosas, el cuadro gallego se llevó un punto de nuestra casa. Durante el primer tiempo tuvimos la sensación de que sí podíamos ganar. Se vio un equipo vertical, ordenado y creando peligro, aunque como siempre, duró muy poco.
Después del descanso, la sensación fue totalmente diferente, se acabó el fuelle y las ideas. Los cambios realizados desde el banquillo, no fueron suficientes para hacer que el equipo conectara y consiguiera la victoria. Algunas ocasiones de peligro y el gol en fuera de juego de Boyé, fue lo poco que mantuvo la esperanza de una gran parte de la afición. Esta aguantó estoicamente bajo la lluvia, para ver si ganaba su equipo.
Una afición muy necesitada de alegrías, después de la nefasta temporada pasada que culminó en descenso. Una afición incondicional que no va a dejar nunca que el Granada camine sólo y una afición a la que hay que cuidar mucho más de lo que se la cuida, a todos los niveles.
Empezando por arreglar las «goteras» del estadio y terminando por una comunicación, que consista en escuchar un poco más a esos locos e incondicionales de su equipo. Ellos lo único que pretenden es luchar juntos para llevar al Granada a lo más alto. No dan con la tecla, ni en lo deportivo ni en lo institucional. Sólo espero que más pronto que tarde, seamos capaces, entre todos, de revertir esta situación. Todos sabemos lo peligroso de no «acertar» en la división de plata del fútbol español. La delgada línea que separa el pelear por ascender o pelear por no descender y volver de nuevo al barro.
No podemos cruzarnos de brazos y verlas venir, hay que «arremangarse» y buscar soluciones. Nosotros nunca fallamos, a ver si los que mandan y dirigen el club, «fallan» menos y empiezan a acertar. A cuidar lo que tanto ha costado conseguir, tanto a nivel deportivo, como lo logrado en masa social. A esos niños que van por la calle orgullosos con su camiseta del Granada, hay que cuidarlos y respetarlos, son ellos los que mañana, seguirán peleando por el club de sus amores. Los que seguirán con el legado granadinista, que a todos nos llegó en algún momento de nuestra vida. Tarea difícil, pero con ganas, trabajo e intención por parte de todos, especialmente de los que mandan, se puede conseguir.
