18 junio, 2025 11:56
El JovenOPINIÓN GP

Asturias, cara y CRUZ

OPINIÓN GP | JOSÉ LUIS MORALEDA | EL JOVEN

Un mes después de la oxigenada victoria en El Molinón, volvemos a la capital del Principado, para batirnos contra otro gallo de la categoría. De ganar podría encaramarse en los puestos que acechan el tan ansiado ascenso directo a la Primera División Nacional.

Y lo hace un Granada después de una espectacular victoria ante el líder de la categoría en Los Cármenes, en un partido donde se supo sobrepasar todas las líneas del conjunto cántabro. Posiblemente, el mejor partido de la era Escribá, en el que los rojiblancos jugaron de forma coral durante los noventa minutos tanto en defensa como en ataque.

Se percibe en el ambiente que dicha victoria insufla un gran optimismo en la afición después del varapalo de los últimos cinco minutos en Almería. Además, da la sensación, que por fin, después de tantas semanas nos acercamos a un once titular tipo con el que sentirnos seguros.

Pues con todo eso nos presentamos en el Tartiere, con la moral por las nubes y con ese once tipo de inicio que a casi todos parece contentar. Yo personalmente tengo claro que hoy por hoy la calidad de Gio no supera las ganas de Józwiak. Además, no veo irrebatible que sea Insua el central que deba acompañar a Löic, puesto que quizás con un poco más de depuración, aprovechar la rapidez de Oscar, puede ser determinante en esta categoría siempre y cuando, claro está, no se salga a verlas venir.

Porque efectivamente, además de que esta categoría posiblemente sea una de las más duras e igualadas de la competición profesional de Europa, el Granada de Fran Escribá el sábado salió a verlas venir, a especular con el cero a cero y a derrochar la mínima energía para intentar superar el empuje ovetense.

Una primera parte con muy poca movilidad y con una presión a diferencia de la jornada anterior, decepcionante e ineficaz. Un centro del campo que se tornaba perdido e incluso inexistente y un cómputo general de duelos ganados por alto fuera del área propia de CERO unidades. En todo caso, lo que más me preocupó es que la propuesta de juego, es decir, la salida de balón controlada desde atrás que seguro fue lo que más se trabajó durante la semana, terminó siendo un completo fracaso.

Pases horizontales en defensa que terminaban con balones en largo de Luca que en ninguna ocasión fructificaron. Villar bajaba a recibir, pero demasiado lejos para asociarse con Reinier y sin encontrar espacios ni con Hongla ni con los extremos. El envite vislumbró por momentos soporífero.

Mi queja fundamental a nuestro entrenador, creo que después de dos meses se puede hacer una valoración sobre su impacto en el equipo, es que tiene un gran defecto en su rapidez a la hora de amoldarse a la situación de la contienda. Dicho con otras palabras, le cuesta leer los partidos y tiene demasiada F.É. en su plan inicial de salida.

Y el sábado pudimos comprobar que fue un claro ejemplo de ello.

En ningún momento pareció que los jugadores salieran escaldados del vestuario, todo lo contrario, desde el segundo uno de la segunda parte las sensaciones fueron las mismas.

Fue allá por el 57 cuando el Granada ante el bajón físico evidente de Cazorla, en el centro del campo rival, tomó en cierto modo la iniciativa del juego. Minutos en los que el Granada consiguió mover más rápido la pelota aunque sin materializar en ocasiones claras.

Ocho minutos fueron los que necesitó Calleja en darse cuenta de la situación y en preparar los cambios que enderezarían de nuevo el devenir del partido a favor de los locales. Para mí es en este detalle donde reside la clave del partido y del porqué Calleja ganó los 3 puntos para su conjunto. La actitud la puso por completo el Real Oviedo.

Ante la nueva situación, en el 75, Escribá decidió quitar a Hongla, que sin tener su mejor día y con amarilla seguía vertebrando al equipo en la contención y a Rodelas que a diferencia del georgiano, al menos lo intentaba. Cambios ciertamente incompresibles para mí.

El resto es ya conocido por todas y todos, cuando juegas con fuego, cuando tu plan de partido es tan rácano y te pasas 85 minutos conteniendo, conteniendo y sin imprimir ningún miedo al rival, lo más normal es que ya sea por errores más o menos groseros o por lances de juego, acabes perdiendo el partido.

No tuvo sus cinco minutos de gloria Luca, en el penal no le acertó la dirección a Colombatto (que por cierto, de ser santanderinos estaríamos dando la turra toda la semana con su no expulsión en la jugada de la primera parte) y para culminar deslució su aceptable actuación con una salida que propició el segundo y definitivo tanto.

Por tanto y para finalizar, bien haría nuestro señor entrenador en ponerle bien las pilas a estos chicos para despedir el año dignamente en casa ante el actual penúltimo clasificado de la categoría y no generar un innecesario e incomodísimo runrún en la grada.

La pelota ahora también se halla en el tejado de Matteo, por suerte o más bien por desgracia, será el encargado de buscar las piezas que puedan hacer que el míster reduzca su tiempo de reacción en los partidos que restan hasta la finalización del campeonato. Pero si el objetivo es el ascenso directo no se puede salir a ningún campo de España a verlas venir.

REDACCIÓN DGP

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Deporte Granada / Polideportiva
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