Hermanos Álvarez, los mellizos del Oximesa
OPINIÓN GP | PACO LUNA | GRANADA ES BALONCESTO
Tenía muchas ganas de escribir este artículo, ya que los que vivimos y disfrutamos aquella época sabemos perfectamente que sin ellos no se entendía el Oximesa de los años 80.
Lo eran todo en el club y en la ciudad, marcaron una época irrepetible en unos años en el que el baloncesto irrumpió con fuerza en Granada. Para mi es un lujo poder hablar de ellos, en esta columna de Deporte Granada /Polideportiva, de los hermanísimos del Oximesa. Muchos recuerdos encontrados y emociones de recordar a los hermanos Álvarez.
En el deporte y concretamente en el baloncesto hemos conocido casos de hermanos que han saltado a la fama en innumerables ocasiones. Se pueden destacar muchos ejemplos. Los hermanos Martín, con el malogrado Fernando y Antonio, Jose Luis y Toñín Llorente, Rafa y Tomás Jofresa, Alberto y Lucio Angulo, Alfonso y Felipe Reyes, Roger y Jordi Grimau. Los sonados, Paul y Marc Gasol y más recientemente Juancho y Wily Hernángomez.
Todos ellos eran muy conocidos por ser buenos jugadores y además por ser hermanos, tanto en el mismo equipo como en entidades rivales.
Aquí en Granada tuvimos también a unos hermanos, que además eran mellizos y dieron muchas alegrías a la afición granadina. Eso sí, sin estar exentos de alguna que otra polémica.
Nacidos el mismo día, un 28 de Julio de 1963 en Madrid. Jose (escolta 1.93) y Luis (base 1.90) llevaron una carrera baloncestística casi idéntica, aunque hay que recordar que Luis consiguió algo que no lo hizo su hermano, ser internacional con la selección española.
Los dos tenían un parecido tremendo lo cuál llegaba a despistar enormemente a sus defensores, era muy habitual que intercambiasen las posiciones. Luis tenía más talento a la hora del reparto del balón pero al igual que Jose también tenía calidad para anotar, tanto en penetraciones como en el perímetro.
Empezaron a jugar en el San Viator madrileño, pasando por Las Rozas y su primera experiencia profesional fue en el histórico Cajamadrid.
En el año 1983, los dos hermanos separaron sus caminos: Jose fichó por el Estudiantes y Luis se marchó al Dribling, pero al año siguiente se unieron de nuevo para jugar en el Kanterbrau.
Camino a Granada
En 1985 ficharon por el recién creado Oximesa, que entonces estaba en Primera B, con el claro objetivo de ascender a la ACB. Lo consiguieron en tan sólo un año y lograron permanecer en la máxima categoría durante cinco temporadas. Todavía siguen siendo inolvidables en la historia del baloncesto granadino. Ambos formaban una pareja letal y protagonizaron muchas tardes de gloria a la parroquia granadina, que se citaba en el antiguo pabellón Murado.
Sus actuaciones no pasaron desapercibidas para el seleccionador de entonces Antonio Díaz Miguel, que convocó a Luis para tres partidos del pre-europeo. Este hecho, tuvo un impacto inmediato en el club de poder contar con un internacional en sus filas.
Hubo muchos dimes y diretes en aquellos años, se decía que tenían mucha influencia en el vestuario, que ponían y quitaban entrenadores. Sólo quedaron como rumores y esa crítica habitual que ha habido siempre por parte de la afición.
Ambos dejaron unas estadísticas muy buenas. Jose, 11.1 puntos de media, por 9.2 de Luis que no estaba nada mal para ser jugadores nacionales. A sabiendas, que entonces los americanos y foráneos se apoderaban de la mayoría de las estadísticas de cada partido. Todavía tengo en la retina esos contraataques iniciados por Luis, doblando el pase a su hermano Jose, para terminar con una penetración o un triple.
Fueron el alma máter del equipo hasta la mágica salvación en La Casilla de Bilbao. Al año siguiente, el club inició una reestructuración completa tanto de la directiva como de la plantilla, en el estreno del flamante Palacio de Deportes.
Era el año 1991 y Jose se marchó al Canarias en Primera B y Luis decidió centrarse en su carrera de derecho, que posteriormente Jose también siguió el mismo camino, como no podía ser de otra manera. Han pasado los años y todavía hay mucha gente que sigue acordándose de ellos. Formaron un bloque que tuvo mucho peso tanto en la pista como en el vestuario y supongo que también en la directiva.
Han sido unos jugadores que se dieron a conocer en el Oximesa y el mismo club se dio a conocer gracias a los hermanos Álvarez.
Me gustaría que ambos tuviesen algún reconocimiento en el Palacio, en la previa de algún partido, porque creo se lo merecen y supongo que serían muy bien recibidos. Insto a Coviran Granada que lo haga posible.
Fueron la bandera del baloncesto granadino durante más de un lustro y mi recuerdo de ellos hace que se desborde la emoción de tantos recuerdos y tardes de gran baloncesto.
Desde aquí no tengo palabras para describir lo que siento al narrar a estas dos leyendas. Luis y Jose Álvarez, ex-jugadores de Oximesa.