Pablo Pin, el profeta
OPINIÓN GP | PACO LUNA | GRANADA ES BALONCESTO
«Nadie es profeta en su tierra» es un refrán de origen bíblico que se aplica cuando las personas deben abandonar su hogar y su tierra para alcanzar una buena reputación.
Así de acuerdo de la lógica de este refrán, si un persona quiere ganar un cierto respeto y ser valorado, debe emprender camino fuera de su lugar de origen, tal como en los tiempos antiguos lo hacían los profetas, que viajan de pueblo en pueblo para transmitir un mensaje.
Pues bien queridos lectores, aquí en Granada tenemos a un auténtico profeta y rompe todo lo establecido hasta ahora en la historia del baloncesto español.
Rompe claramente la tendencia que en todos los años hemos vivido tanto en los extintos Oximesa y CB Granada. Un carrusel de entrenadores que hacen una lista casi interminable:
Gómez Nieto, Duško Vujošević, Iñaki Iriarte, Manolo Cueto, Gómez Carra, Moncho Monsalve, Alberto Pesquera, Pedro Martínez, Miguel Ángel Martín, David Cárdenas, Quique Gutiérrez, Sergio Valdeolmillos, Trifón Poch, Curro Segura, Miguel Ángel Zapata,…
Pido disculpas si me dejó alguno pero es lógico, porque hubo un tiempo que el puesto de entrenador, era lo más volátil que había en la plantilla de un equipo de baloncesto.
Desde que se fundó el Coviran Granada allá por el año 2012, sólo hemos tenido un entrenador. El gran motivo es que la directiva confía en cuerpo y alma desde aquel año.
Juan Pablo Pin Tamayo, nacido en Granada, un 30 de Noviembre de 1982, es profeta en su tierra y todo apunta a que lo seguirá siendo por más años.
Su leyenda comenzó en Baza, fue el lugar del primer ascenso de un recién creado «Fundación», que sólo contaba con un año de vida. Allí se consiguió la primera escalada y se forjó una aventura que perdura hasta el día de hoy.
Las ciudades de Albacete y Pamplona fueron testigos de sendos ascensos, casi consecutivos, y se puso el colofón del ascenso a la Liga Endesa (ACB), en un Palacio lleno a rebosar en Mayo del 2022.
Este hecho fue la guinda a una gesta irrepetible por todas las categorías del baloncesto provincial, autonómico y español. Y todo se ha conseguido con el mismo entrenador, Pablo Pin.
Estoy seguro que será casi imposible que alguien lo repita, ni se le acerque y esto quedará grabado para siempre para todos los granadinos que hemos tenido la suerte de vivirlo.
Podemos pensar en algún refuerzo, que si tal…, pero tenemos entrenador para rato y el Coviran Granada no se entiende sin Pablo Pin y viceversa.
El Coviran Granada es su obra, una obra que ha estado puliendo y perfeccionando desde hace 12 años con la misma ilusión desde el primer día. En la actualidad, en la mejor liga de Europa y con uno de los presupuestos más bajos de la categoría, sigue haciendo encaje de bolillos para que su leyenda siga viva por mucho tiempo.
Desde mi columna ha sido un honor hablar de nuestro profeta: Juan Pablo Pin Tamayo, nuestro entrenador.