Punto y seguido
OPINIÓN GP | ANTONIO BARRANCO | DESDE PREFERENCIA BAJA
El empate del pasado viernes entre el Granada CF y el Málaga CF (antiguo CD), ha dejado un sabor amargo entre los seguidores granadinistas. Un 2-2 que lo único que refleja es la crisis profunda del equipo, un empate ante un recién ascendido que generó más peligro por su nombre y afición, que en el propio terreno de juego. El partido fue un reflejo de las carencias en defensa, en ataque y dejó claro por qué Abascal ya no es el entrenador.
La previa presagió lo que estaba denominado como un «hermanamiento» entre aficiones. Miles de malagueños inundaban los alrededores horas antes del partido y se mezclaban con los aficionados del histórico Granada en un ambiente cordial y colorido.
El encuentro en el Nuevo Los Cármenes dejó en evidencia lo que muchos ya veían venir: un Granada desordenado, sin chispa y con una preocupante falta de autoridad ante un Málaga que parecía tener el control del partido, a pesar de ser un equipo claramente inferior ante el papel. El Granada se adelantó en dos ocasiones, pero como nos viene acostumbrando esta temporada dio un paso atrás y en ambas el conjunto de la Costa del Sol le igualó en el marcador.
El principal problema es la defensa, que sigue siendo un coladero. En lo que va de temporada, el equipo ha demostrado una debilidad atrás que no es propia de un club con aspiraciones de ascenso, los errores en las marcas, la falta de contundencia, y la incapacidad para cerrar los partidos cuando se tiene ventaja, son parte de un guion repetido una y otra vez.
Todo empezó mal cuando en el minuto 57 el capitán Neva marcó un gol y se llevó el dedo a la boca para callar a la afición. Un feo gesto que no hace más que enervar aún más a una afición que no se esperaba eso del canterano. Correremos un tupido velo antes las disculpas presentadas por Carlos y que estos sea el punto y seguido al reencuentro con la afición. No contento con esto Weissman erró un penalti en los últimos minutos, un lanzamiento digno de cualquier peña de solteros contra casados, una más.
Este empate fue la puntilla para Abascal, quien fue destituido pocas horas después. La verdad es que no sorprende la sentencia, pero sí la tardanza. Los malos resultados se habían ido acumulando y la afición ya pedía a gritos un cambio, más si cabe tras tener un inicio de competición sin ningún equipo de lo alto de la tabla.
Abascal llegó al Granada con la promesa de armar un equipo competitivo, pero lo cierto es que nunca dio con la tecla y a decir verdad, jamás tuvo conexión con la afición, a quiénes prometió comer jamón pero se quedó comiendo m…
Su estilo, a medio camino entre el ataque y la defensa, no convenció a nadie. El equipo estaba en tierra de nadie: ni sólido atrás para aguantar los partidos, ni brillantes en ataque para marcar la diferencia. Los jugadores parecían perdidos, desconectados del sistema. En resumen, el Granada se había convertido en un equipo previsible, sin garra ni reacción.
Tras la presentación de ayer, Fran Escribá será el nuevo capitán del barco granadinista. Llega con 36 jornadas por delante, todo por hacer y mucho que ganar. Tiene un equipo destrozado moralmente y una rotura clara entre afición y club. Confiaremos en que este punto y seguido en la temporada, nos traiga al menos un equipo unido del que la afición se sienta orgullosa.
Dos partidos fuera de casa tiene Fran para jugar sin la presión que actualmente ejerce Los Cármenes ante su equipo y para tener listo para el partido del Córdoba un plantel acorde a las expectativas.