Tormenta en Los Cármenes
OPINIÓN GP | ANTONIO BARRANCO | DESDE PREFERENCIA BAJA
El Granada CF está viviendo un inicio de temporada que evoca las tormentas más feroces de las novelas clásicas.
Bajo la batuta de Guille Abascal, el equipo nazarí se ha visto sumido en una espiral descendente, logrando 1 punto de 9, ante unos rivales que, a decir verdad, tienen más nombre que plantilla. A inicio de liga, cuando salió el calendario, el aficionado granadino se las prometía felices teniendo tres de los cuatro primeros partidos en casa.
La afición, ávida de emociones fuertes, se ha visto envuelta en una trama donde la pasión y la frustración se entrelazan. El equipo, lejos de mostrar la solidez y el juego vistoso que se esperaba, ha naufragado en un mar de dudas.
Estos cuatro primeros partidos y dos derrotas han dejado al descubierto las carencias de un equipo, que parece no encontrar su identidad.
Lo sucedido meteorológicamente el sábado en el estadio zaidinero es una fiel imagen de lo que estaba pasando en el terreno de juego. Durante los primeros 35 minutos un sol radiante cayó sobre la afición. Tras el descanso, empezaron los nubarrones, donde Guillermo no sabía donde meterse para no mojarse y un tremendo chaparrón, en forma de agua, cayó sobre los aficionados. Otra tormenta, esta en forma de gritos de «Guille vete ya», sobre el joven entrenador.
No hubo nadie que no se mojase el sábado, ni los aficionados, ni el palco que recibió su correspondiente tormenta de gritos pidiendo su dimisión.
Los cambios tácticos y las rotaciones en el once inicial no han logrado revertir la situación, lo que ha generado un clima de incertidumbre tanto dentro como fuera del club, aunque desde las altas esferas parece que no se inmutan.
Al igual que los personajes de «Cumbres Borrascosas», los jugadores del Granada CF se ven arrastrados por fuerzas que escapan a su control. La presión de la afición, el peso de la historia del club y las expectativas de la directiva se han convertido en una carga difícil de soportar. Sin embargo, como en toda buena novela, siempre hay esperanza: LA AFICIÓN, que fiel a sus colores, sigue apoyando al equipo en las buenas y en las malas, llueva o truene de manera literal y sin importar quién esté al mando, si es que lo hay…
El Granada CF es una historia que aún está por escribir, y solo el tiempo dirá si tiene un final feliz o trágico.